Charles Edwin Weaver fue un geólogo y paleontólogo estadounidense que en 1931 descubrió la formación de hidrocarburos no convencionales de Vaca Muerta en sus investigaciones para la industria petrolera sobre la cuenca Neuquina. En 2011, ocho décadas después, YPF anunció enormes reservas de petróleo y gas comprobadas y confirmó las investigaciones de Weaver. A partir de este hito, la industria petrolera siempre tuvo como objetivo lograr industrializar y exportar al mundo el gas no convencional de Vaca Muerta.
El shale gas (no convencional) generó también el anhelo de que la Argentina se sume al exclusivo club de los países exportadores de gas natural licuado (GNL), que solo cuenta con algunos miembros destacados como Australia, Estados Unidos, Qatar, Malasia, Rusia, Indonesia, Nigeria y Emiratos Árabes.
Ahora el sueño de dar el gran salto exportador parece estar un poco más cerca. El proyecto de YPF y la malaya Petronas para construir una planta de licuefacción en Río Negro que permita transportar GNL por barco y así llegar a Europa y Asia está dando sus primeros pasos. Solo para dimensionar, con la realización de este proyecto la Argentina pasaría de importar poco más de 30 buques metaneros con GNL por año para abastecer la alta demanda de invierno a exportar 465 barcos con producción de Vaca Muerta.
No está mal afirmar que es la inversión más grande de la historia de la Argentina. Son u$s 30.000 millones que las compañías van a hundir de manera escalonada. La sociedad de YPF con Petronas no es un dato menor, porque la malaya es uno de los principales jugadores mundiales del mercado de GNL. Además, desde 2014 explotan juntas el área de Vaca Muerta llamada La Amaga Chica, donde la empresa estatal de Malasia lleva invertidos más de u$s 1500 millones.
Qué se necesita
Para que el proyecto se concrete, sobre todo teniendo en cuenta que la economía de la Argentina no suele acompañar con variables positivas los grandes desarrollos, se necesitan muchas cosas y prácticamente al mismo tiempo.
Por un lado son necesarios tres gasoductos de 620 kilómetros para transportar las moléculas de gas. Además, harán falta obras de infraestructura y aumentar las perforaciones de pozos en las áreas de Vaca Muerta para subir considerablemente los volúmenes de producción.
Pero es determinante también garantizar los proveedores con las garantías técnicas que YPF y Petronas demandan. También se necesitarán innumerables servicios y mano de obra calificada. Se espera que la planta genere un movimiento gigante de la población, lo más parecido a crear un pueblo nuevo.
El crecimiento del proyecto va a ser gradual. En una primera etapa habrá inversión cercana a los u$s 10.000 millones que tendrá una salida del gas a partir de un buque de licuefacción, que significa enfriar el gas a -180° y convertirlo en líquido. De este modo, se achica su volumen 600 veces y puede transportarse a través de buques metaneros.
Para esto, las compañías ya lanzaron los primeros estudios de ingeniería. En esta primera fase, la intención de YPF y Petronas es exportar cinco millones de toneladas de GNL por año. Luego, para finales de la década, YPF sumaría un segundo barco de licuefacción que permitiría duplicar esos números.
En la segunda etapa, las compañías están diseñando un proyecto suficientemente grande como para escalar los envíos al exterior hasta los 25 o 30 millones de toneladas anuales. En esta etapa recién se cumplirá la inversión de más de más de u$s 30.000 millones. De este modo, la Argentina podría transformarse en el quinto productor de GNL del mundo, según dicen en YPF. De concretarse la iniciativa, el país podría exportar hasta 80 millones de metros cúbicos de gas de Vaca Muerta por día, cerca de dos tercios de lo que consume el país.
El fin de las restricciones externas
El GNL se convirtió para la Argentina en la posibilidad - largo plazo- de reducir o dar vuelta las restricciones externas de la economía, no solo de la balanza comercial energética. Generar ingresos de dólares y multiplicar la actividad económica asociada al proyecto. El desafío es que el GNL se convierta en un complejo exportador como el sojero o mayor.
" Vaca Muerta tiene el potencial de duplicar la cantidad de petróleo y gas actual. Por eso decimos energía argentina'. Porque nos vamos a dedicar a la Argentina. Tenemos tanta inversión para hacer y dejar el legado para ayudar a bajar la pobreza, a que la economía mejore y haya más trabajo. Hay que hacer una operación más eficiente y viabilizar el proyecto de GNL, con rentabilidad y competitividad global", dijo Horacio Marín, CEO de YPF, en una charla en la Universidad Austral a fines de agosto.
Para que las compañías den el visto bueno hará falta esperar un año, que es el plazo que se pusieron YPF y Petronas para tomar la decisión final de inversión. El plan de ambas empresas es sumar a nuevos socios al megaproyecto.
Río Negro
La planta de licuefacción de YPF y Petronas se hará finalmente en Río Negro, precisamente en Punta Colorada, a 30 kilómetros de la localidad de Sierra Grande, que es la más cercana y que, según en el censo de 2022, cuenta con 8957 habitantes. La salida de los barcos con GNL será por el Atlántico, a través del enorme golfo San Matías.
"El impacto va a ser grande, por eso estamos viendo cómo va a ser el crecimiento urbanístico. Entendemos que se va a sentir sobre el área del golfo y ahí también se va a ver el desarrollo productivo y económico que va a generar la industrialización del gas y las exportaciones de crudo", explicó Andrea Confini, secretaria de Estado de Energía y Ambiente de Río Negro.
Si bien el GNL es exclusivamente sobre gas, Confini añadió también al petróleo porque YPF también está construyendo el oleoducto Vaca Muerta Sur, sensiblemente estratégico para aumentar definitivamente la exportación de crudo de Vaca Muerta por el océano Atlántico. El ducto irá de Neuquén hasta Punta Colorada, la misma zona donde YPF y Petronas construirán la planta de GNL.
Confini explicó cómo ya se está moviendo la provincia: "Estamos trabajando en todo lo que es el ordenamiento de las leyes y las ordenanzas de Sierra Grande para poder desarrollar un reordenamiento territorial. También para ubicar espacios de crecimiento urbanístico, comercial y de desarrollo industrial".
También contó que en estos momentos la provincia está analizando dónde va a estar ubicado el puerto, dónde darle lugar a la zona franca y en qué zona finalmente estarán ubicadas la planta de GNL y la terminal de exportación de petróleo.
Infraestructura
Pero también problematizó lo que falta hacer, sobre todo en materia de infraestructura: "Es un trabajo arduo que estamos haciendo con las compañías. La provincia tiene infraestructura de base, ya que contamos con una línea eléctrica de 500 kV, una de 132 kV, una ruta provincial, un aeropuerto de 1800 metros de largo. Tenemos agua y gas".
Confini subrayó que la provincia está trabajando con el desarrollo de proveedores para poder capacitar a los empresarios rionegrinos: "También con la Secretaría de Trabajo estamos avanzando en los perfiles de oficio necesarios para poder capacitar y certificar con los sindicatos las características que YPF determinó que van a requerir".
Además, contó que ya inició distintas rondas de reuniones con empresarios locales y nacionales que "mostraron interés en radicarse en la región". También señaló que están trabajando en el Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI) "para ver cuáles son los beneficios fiscales en función de los proyectos que va a sacar la legislatura provincial".
El GNL podría concretarse en tres o cuatro años y llegar a las etapas completas en cinco años más. Pero un proyecto de estas dimensiones también permite tener una mirada aún a más largo plazo, según destacó Confini: "Creemos que con el tiempo se puede generar un polo petroquímico. Habiendo gas y petróleo de Vaca Muerta, es una consecuencia necesaria que se genere un polo petroquímico".
Además, el impacto en la provincia está llegando a la educación. Confini explicó un proyecto para modificar algunos contenidos: "Estamos trabajando con el IAPG (Instituto Argentino del Petróleo y Gas), el Ministerio de Educación de la provincia y las empresas operadoras la modificación de la currícula de las escuelas técnicas. Puntualmente avanzamos con seis: cuatro del valle, una de Sierra Grande y una de San Antonio para empezar el año que viene con escuelas orientadas a la demanda específica que tiene la industria petrolera".
Qué necesita
La planta de GNL requiere de un proyecto integral que va de punta a punta. Es decir, necesita que la producción y exploración (upstream) de gas de Vaca Muerta aumente considerablemente. Para esto, es probable que se necesite de un acuerdo con los productores gasíferos, que son los que finalmente aportan los volúmenes del hidrocarburo.
También hará falta infraestructura clave como, por ejemplo, la construcción de tres gasoductos exclusivos desde Neuquén hasta Punta Colorada para abastecer solo la planta de licuefacción, ya que el proyecto no utilizará gasoductos del mercado argentino. Además, se necesitará construir distintas instalaciones que -junto a los tres ductos- demandarán la mayor parte de la inversión.
Por el lado de la demanda, el proyecto también requerirá de conseguir mercados a largo plazo. Firmar contratos con los compradores podría ser punto auspicioso ya que el GNL es uno de los productos más demandados del mundo. Por eso el foco está en concretar el megaproyecto, todo un desafío para la industria petrolera en Vaca Muerta, que tendrá que atravesar los complejos vaivenes de la economía del país.
